Hace casi 6 años fui atropellada por un pelotón ciclista en una carrera, haciendo mis labores de motoenlace señalizando una isleta. Con el paso del tiempo, te vas dando cuenta de que de lo profesional y las medallas que te cuelgan por dicho trabajo, cuando vienen los problemas son palabras vacías. Los hechos y el tiempo me lo han demostrado. En dicho accidente sufrí un politraumatismo muy grave. Fui atendida durante un tiempo por la mutua del accidente pero luego, con el paso del tiempo, me han dejando tirada y con graves secuelas. Con un vaso lleno de injusticias y con muchos momentos de crisis, de tirar la toalla, he preferido sin embargo seguir luchando por tener calidad de vida. No pido más. A día de hoy, solo tengo palabras de agradecimiento al personal de Osakidetza, por su vocación, por su profesionalidad; al ambulatorio de Deusto con una médica de cabecera, Teresa Alonso, y su enfermera, Yolanda Herrera, humanas, profesionales y con gran vocación hacia su trabajo y sus pacientes -gracias por tratarme como una persona y no como un número-. Gracias, Unidad del Dolor y Cefalea y Unidad de Hombro del hospital de Basurto; gracias al doctor Roberto Melgosa, por ayudarme y no dejarme tirada tras la desidia de la mutua del accidente. Gracias, Osakide-tza, porque he tenido esa ayuda y no me habéis dejado caer al pozo y habéis estado siempre a la altura de ayudarme con grandísimos profesionales con un gran trabajo ético y moral. Gracias a los tres grandes pilares que tengo en mi vida, como son mi amatxu y mis dos sobrinos y, por supuesto, a mi familia y amigos y amigas, que siempre estáis al pie del cañón para tenderme esa mano. Espero algún día poder ver la luz a este largo túnel y que hagan justicia con una persona honesta , sincera y humilde.