En el corazón de una revolución tecnológica que redefine el mundo, Tecnalia emerge como un faro de conocimiento y creatividad, liderando proyectos de I+D+i que apuntan hacia un futuro más sostenible y contribuyen a la redefinición del sector de la construcción. Bajo la dirección de Maider Alzola, la innovación y la investigación se fusionan para marcar el rumbo de una industria que debe evolucionar hacia la descarbonización y la digitalización.

 

Retos a los que se enfrenta la edificación en Europa

En la apuesta europea por la descarbonización, el 12 de abril, el Consejo Europeo aprobaba una Directiva para que todos los edificios sean neutros en carbono para 2050. Primero, en 2030 todos los nuevos edificios serán cero emisiones y en 2050 el parque edificado completo.

“El objetivo principal de la nueva directiva es que para el 2050 todo el parque edificado sea cero emisiones”

“El objetivo principal de la nueva directiva es que para el 2050 todo el parque edificado sea cero emisiones”

Pero estos no son los únicos retos a los que se enfrenta la edificación en Europa. Euskadi cuenta con un parque edificado de los más antiguos de Europa, donde uno de cada tres edificios tiene más de 70 años, con importantes necesidades de intervención para la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, entre ellos la accesibilidad, la reducción de la pobreza energética (con medidas de mejora de la eficiencia energética), así como la mejora del estado de conservación y habitabilidad. A estos retos se añaden las dificultades económicas de las familias para poder hacer frente a tales inversiones, lo que obliga a trabajar para mejorar los instrumentos financieros, la creación de nuevos productos y un incremento en las ayudas a las familias más necesitadas.

La demanda existe y las familias están dispuestas a la inversión, las últimas ayudas provenientes de los fondos europeos Next Generation se agotaron, y muchas de las obras tuvieron que posponerse hasta la disponibilidad de las nuevas ayudas a la rehabilitación, cuya publicación se prevé sea antes de este verano.


Otro de los grandes retos a los que se enfrenta el sector es cubrir el relevo generacional. Se prevé que para 2030, el 50% de los empleados del sector hayan alcanzado la edad de jubilación, lo que nos pone en un complejo escenario para poder dar respuesta a tan alta necesidad de intervención.

Para abordar este contexto tan complejo se está trabajando en diferentes ámbitos como nuevos instrumentos de financiación y gestión, así como la incorporación de nuevas tecnologías para la reducción de costes, emisiones, la mejora de la productividad, la calidad y la seguridad en obra.

La nueva Directiva del Consejo Europeo, establece la necesidad de redactar un Plan Nacional de Rehabilitación de los estados miembros que recogerán además de una hoja de ruta para alcanzar los objetivos de la neutralidad en carbono del parque edificado para 2050, las medidas de financiación que lo viabilicen. En este sentido, la financiación se encuentra a diferentes niveles de la administración pública, así como otros mecanismos más novedosos como los Fondos de Garantías, préstamos subvencionados para la rehabilitación u otros incentivos como las reducciones en tasas o impuestos locales.

 

La tecnología es un elemento clave

La tecnología será otro elemento clave ante la importante necesidad y demanda, desde el desarrollo de nuevos materiales, la circularidad de las soluciones y otras tantas que contribuirán a la reducción de las emisiones en todo el ciclo de vida de los edificios, así como a la reducción de sus costes de producción. La digitalización y la automatización para la industrialización de los procesos también será otro elemento a tener en consideración, permitirá responder a la falta de perfiles especializados en toda la cadena de valor del sector, además de mejorar la productividad, la calidad y la seguridad en la obra.

La industria debe evolucionar hacia una mayor industrialización, sofisticación y digitalización, todo ello mientras se erigen los pilares de una nueva era

El sector de la construcción se encuentra ante los ambiciosos objetivos de descarbonización que plantean no solo desafíos, sino también una oportunidad para redefinir su rumbo. La premisa es clara: la industria debe evolucionar hacia una mayor industrialización, sofisticación y digitalización, todo ello mientras se erigen los pilares de una nueva era, donde la ciudadanía y el entorno se colocan en el epicentro de cada proyecto y decisión. Es en esta sinergia entre necesidad y compromiso social donde se forja el futuro de una industria más especializada y comprometida con un mañana sostenible.