Cuando el Baskonia buscaba un base para sustituir al lesionado Chris Chiozza y dar minutos de descanso a Codi Miller-McIntyre, la apuesta tenía que ser segura porque la opinión de Dusko Ivanovic iba a ser decisiva. El técnico montegrino quería un puro director de juego, que defendiera e hiciera llegar el balón a sus compañeros en las mejores condiciones, y lo encontró en Jordan Theodore, al que ya había tenido a sus órdenes en su etapa en el Besiktas. “Si no hubiera sido por él, no estaría aquí”, reconoce este trotamundos del baloncesto.

Formado en la Universidad de Seton Hall y ya con 34 años, el jugador nacido en Nueva Jersey, que fue el MVP de la primera temporada de la Basketball Champions League cuando militaba en el Banvit, ha dado el salto más importante de una carrera en la que el Baskonia supone el decimoquinto equipo y que ha pasado por clubes importantes de Puerto Rico, República Dominicana, Italia, Rusia, Grecia, Alemania, Turquía, donde se casó y formó una familia, y Francia. Precisamente, en el Metropolitans Levallois estaba Theodore cuando recibió la llamada del Baskonia. Tenía una cláusula de salida para Euroliga y la ejerció sin dudarlo, aunque a la entidad gala no le sentó bien. Después de unas horas que el jugador calificó como “salvajes”, se sumó inmediatamente al equipo gasteiztarra, donde le pidieron “liderazgo y defensa”.

Él tuvo claro que tenía que adaptarse a un nuevo entorno y a un equipo en el que las cosas estaban bastante claras. Jordan Theodore ha tenido temporadas de mucho protagonismo en sus anteriores destinos, pero “aquí no juegan por su estadística, veo que el equipo es lo primero y todos luchan por el éxito colectivo. Y a estas alturas de mi carrera lo que me importa es ganar”. Con pasaporte de Macedonia del Norte, un país muy generoso en el reparto de papeles, el veterano base del Baskonia puede encontrar acomodo con ese nuevo rol en la Liga Endesa, una competición a la que ha tardado en llegar, pero que conoce de sobra después de enfrentarse a muchos de sus equipos.

Sus números en los seis partidos que ha disputado son de 13 minutos, 3,7 puntos y 2,7 asistencias que están sirviendo para que Miller-McIntyre, la gran sorpresa del curso en el Baskonia, no tenga que cargar con el peso de los cuarenta minutos. “Puedo darle algún consejo, pero creo que no necesita mucho de mí”, admite en Noticias de Alava Jordan Theodore, que se toma el baloncesto como un trabajo, “hago lo que tengo que hacer y me voy”, aunque en estas semanas en Gasteiz ha destacado por su interacción con los aficionados a través de las redes sociales. “Son muy agradables y siempre están apoyando. Nosotros tenemos que corresponderles luchando y jugando duro. Luego si ganamos, mejor”, apunta.