Tras la derrota en casa ante el Monbus Obradoiro, y a falta de cuatro jornadas para el final de la temporada regular, el Surne Bilbao Basket se ha quedado en tierra de nadie en la clasificación. Instalado en la decimoprimera plaza, el décimo puesto, ocupado por el Joventut, queda ya a dos victorias (con average a favor de los bilbainos), mientras que sus más inmediatos perseguidores, Morabanc Andorra y Casademont Zaragoza, acumulan dos éxitos menos que los trece que exhiben los hombres de negro. Además, la estructura de Jaume Ponsarnau podría quedar considerablemente debilitada si se confirman los malos presagios existentes ante las lesiones de Adam Smith y Keith Hornsby, quienes al igual que Denzel Andersson no pudieron concluir el encuentro ante los de Moncho Fernández. Los tres fueron sometidos ayer a resonancias magnéticas. Mientras que el ala-pívot sueco era optimista acerca de su estado físico al término del duelo, Smith abandonaba Miribilla con una bota ortopédica en su pie derecho, mientras que Hornsby cojeaba ostensiblemente tras sentir un pinchazo en el aductor. Además, Xavi Rabaseda causó baja en la contienda por una lesión muscular en su pierna izquierda.

Ante este complicado panorama en lo referente a los recursos humanos, es una bendición que el conjunto vizcaino haya llegado a estas alturas de curso con los deberes hechos con mucha antelación como los buenos estudiantes y que en su hoja de servicios solo exista ya la incertidumbre del puesto final que acabará ocupando en la tabla clasificatoria, lo que tiene su importancia de cara a volver a competir el próximo curso en Europa. En este sentido, a los problemas físicos de componentes importantes de la rotación de Ponsarnau se le suma también la incógnita del estado de la plantilla desde el punto de la vista de la motivación y la mentalidad una vez alcanzado con creces el gran objetivo de la permanencia, si tiene el deseo de exprimirse tres semanas más para intentar acabar lo más arriba posible. El domingo contra el Obradoiro se vio a un Bilbao Basket menos enérgico y filoso que en anteriores citas. Ponsarnau utilizó la expresión “sacar aire” en el subconsciente de los jugadores como una forma de despresurizarse después de haber certificado con gran antelación y autoridad la salvación. Aseguró sentirse muy satisfecho por la intensidad del trabajo semanal y deseó que haya sido algo puntual: “El partido nos ha dado esta lección y vamos a utilizarla”.

Un ojo en los ‘averages’

En la pelea por acabar ocupando el mejor puesto posible, no está de más echar un vistazo a los averages particulares con respecto a sus perseguidores, pues el Bilbao Basket ya se vio desplazado en la última jornada del pasado curso a la 12ª plaza final en un triple empate con el Breogán y el Obradoiro. En aquella ocasión, el conjunto vizcaino llegó décimo a la jornada final, pero su derrota en casa ante el Unicaja y las victorias de los de Moncho Fernández ante el Fuenlabrada y de los de Veljko Mrsic en Valencia hicieron que bajara de golpe y porrazo a la 12ª plaza, perdiendo el tren de la Basketball Champions League y desembarcando en la FIBA Europe Cup. Esta vez, con Zaragoza y Andorra a dos partidos, el average está a favor con los del Principado (+22 en casa y -9 fuera) y perdido con los de Porfi Fisac (-14 a domicilio y +3 en Miribilla). Más lejos, a tres victorias, queda el Bàsquet Girona, al que visita este sábado (20.45 horas) y que en la primera vuelta cayó en Miribilla por 80-74.