La secretaria general del PSE de Andoain, Maider Lainez, exigió ayer martes “memoria y que se llame a las cosas por su nombre” ya que no se puede “permitir que se diga que ETA fue solo una banda armada”. “Les pedimos que, al menos, tengan un poco de dignidad”, señaló en referencia a EH Bildu.

Lainez se pronunció en estos términos durante un homenaje al periodista, militante socialista e histórico luchador contra el franquismo José Luis López de Lacalle, que fue tiroteado por ETA hace 24 años junto al portal de su casa cuando regresaba de comprar los periódicos del día. El acto consistió en una ofrenda floral celebrada a mediodía en el parque que lleva el nombre del propio homenajeado.

Acudieron su viuda, Mari Paz Artolazabal, y su hijo Alain junto a dirigentes y cargos públicos socialistas como el secretario general del PSE de Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, y las diputadas Rafaela Romero y María Luisa García Gurrutxaga.

En su intervención, Lainez recordó a López de Lacalle como “un luchador al que arrebataron la vida por defender públicamente con la fuerza de sus palabras sus ideas”. Remarcó por tanto que “el terrorismo no ha tenido sentido ni justificación alguna y eso debemos reconocerlo todos sin titubeos”.

Respecto a este tipo de homenajes, la dirigente socialista valoró que en fechas recientes ha quedado patente que “son más necesarios que nunca, sobre todo teniendo en cuenta que hay quienes quieren blanquear el pasado hablando de ETA como una banda armada”.

“Por mucho que intenten maquillar el pasado, jamás podrán borrar ni la historia ni la memoria. Debemos pasar página y seguir avanzando, pero es muy importante saber lo que ha ocurrido para no saltarnos ninguna página de lo que nos ha tocado vivir”, dijo. Concluyó que, “por mucho que algunos intenten eliminar el pasado, no podemos olvidar que aquí hubo una banda terrorista que asesinaba a quienes pensaban diferente y no podemos permitir que eso vuelva a ocurrir”.

Hombre de paz

A continuación tomó la palabra la viuda de López de Lacalle, quien aseguró que la suya es una “familia de paz” que no acepta “ningún tipo de terrorismo”, al tiempo que recordó el posicionamiento público de su marido cuando se producían asesinatos por parte de “fuerzas policiales”. “Mi marido era un hombre pacifico”, continuó, y señaló que la violencia “era algo que no podía soportar”. Buena prueba de ello es que su oposición al franquismo le costó “cinco años y medio de cárcel”, aseveró.

Mari Paz Artolazabal añadió que ahora, 24 años después de su asesinato a manos de ETA, a ella le gustaría escuchar que “lo que aquí ocurrió no debió haber ocurrido nunca”. “¿Tan difícil es decir eso?”, se preguntó antes de dar paso al minuto de silencio con el que se puso punto final al acto.