EL grupo industrial propietario de Sader ha dado el primer paso para trasladar la fábrica de Zorrotza al Puerto de Bilbao y sacar de la ciudad el último reducto del pasado industrial de la capital vizcaina. Anótese que esta villa reluciente no lo sería sin ese tiempo, más de un siglo, en el que fue capital del sector manufacturero, punta de lanza del desarrollo afilada por la banca local, también de primer nivel. La tecnología actual permite avanzar hacia el santo grial de la descarbonización y Euskadi está recorriendo con paso firme el camino hacia una industria con menos humos, pero que siga creando empleo.