La historia que hoy vengo a contarles comenzó el pasado mes de noviembre, durante las XIV Jornadas Estatales celebradas en Bilbao bajo el título Entender y atender las violencias sexuales, organizadas por el Colegio de Psicología de Bizkaia (COP Bizkaia) y el propio Consejo General de Psicología que preside Francisco Santolaya Ochando. Se trata de un libro blanco de cuanto allí se dijo, un compendio de ponencias y presentaciones que vieron la luz en aquellos días en el que se destaca la importancia de abordar las violencias sexuales desde una perspectiva feminista y multidisciplinar. La puesta de largo tuvo lugar en el Museo de Reproducciones Artísticas de la calle San Francisco.

La violencia de género es y ha sido a lo largo de la historia una importante problemática y lacra social, que se ha llevado por delante muchas vidas y arruinado otras tantas. La lucha contra esta realidad ha adquirido relevancia social únicamente en los últimos tiempos, aunque diferentes voces han ido expresando el sufrimiento de quienes padecen malos tratos, la indignación y la necesidad de hacer frente a este tipo de actos.

Quien fuera secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, pidió a la humanidad una reacción contundente hace ya tiempo. Dijo algo así como “rompe el silencio. Cuando seas testigo de la violencia contra las mujeres no te quedes de brazos cruzados. Actúa”. Poco a poco su idea cala pero va despacio, demasiado despacio. Muchos casos de violencia de género parten de la necesidad del agresor de mantener el poder y el control sobre el otro, empleando la agresión como método de intentar suprimir el propio poder de la víctima para vivir libremente. Lo explicó mejor Eduardo Galeano cuando dijo aquello de que el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo. La escritora Virginia Woolf fue también tajante al tomar la palabra. “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”, dijo.

El acto contó con la presencia la decana del COP Bizkaia, Begoña Rueda; Teresa Laespada, diputada foral de Empleo, Cohesión Social e Igualdad; Kontxi Claver, concejala de Igualdad, Convivencia, Cooperación e Inmigración del Ayuntamiento de Bilbao; y Miren Elgarresta, directora de Emakunde. A sus voces se sumaron la de Norma Vázquez con una conferencia que llevó por título Terapia de lo complejo. ¿Cómo atender a víctimas de violencia sexual?, enfocada, sobre todo, en el trauma y las coro feminista La Kora, donde Begoña Fernández, Itziar Hernández, Marta Arial y Amaia Bilbao entre otras pusieron las ilustraciones musicales de la tarde.

En las conversaciones previas a la presentación del libro se destacó que el museo tenía pocas reproducciones de mujeres. Son detalles que dicen mucho. Entre los asistentes no faltaron la psicoterapeuta, Berta Elorriaga, Janire Estébanez, Vicenta Alonso de la Cruz, coordinadora de la Comisión de Igualdad del Colegio Oficial de Psicología de Bizkaia; el secretario de la misma entidad, Fernando Álvarez, Marta Llano, Edurne Pasueco, Inma Galdeano, Davinia Zorrilla Soriano, Angélica Padilla, Elena Senra, Julia Romero, Arantza Beitia, Saioa Barrenetxea, Karmelo Zabala, Susana Corral, Janire Vivas, María Jesús Mara y un buen puñado de gente interesada en el libro donde la figura de las sirgueras son la imagen visible. Las han escogido como “ejemplo de perseverancia, empuje y trabajo colectivo, para explicar la importancia de crear espacios y sinergias entre profesionales feministas donde todas las personas somos importantes par impulsar el cambio social necesario parta desmontar las violencias sexuales tan arraigadas socialmente”. Así lo explican en el libro blanco donde se buscan soluciones y remedios a tanto mal. l